Maricruz Corrales Mora

Es 27 de mayo y la Oficina de Presupuesto me ha citado para conversar con ellos.  Esta vez en calidad de candidata a miembro del Consejo Universitario, y no como la funcionaria de la UNED, que recientemente les ha consultado asuntos presupuestarios por la representación en una Comisión de CONARE.

A todos y todas, les agradezco la deferencia que me hicieron al darme cuenta que, la oficina en pleno, dispusiera del momento indicado, para recibirme y atenderme.

De esta visita aprendo mucho:  Lo esencial me parece, es tener la claridad de saber que en la UNED contamos con estos funcionarios que definitivamente no son personal técnico administrativo, sino analistas de presupuesto; por tanto, asesores en la materia. De ahí que las funciones de la oficina sean importantes reconsiderarlas como parte esencial de los procesos de planificación institucional, ya que son ellos, como expertos en el área quienes pueden aportar criterios técnico-financieros y conocimiento histórico de procesos institucionales, para proyectar consideraciones sobre la viabilidad o no de proyectos o procesos dentro de la UNED.

El otro aspecto que me ha parecido crítico rescatar de esta conversación es que esta área y que a la UNED en general, le urge diseñar y desarrollar un sistema de costos para describir puntualmente lo que se invierte en los procesos y lo que cuesta al final los resultados obtenidos.  Se habla de un sistema que se convierta en un instrumento operativo para la toma de decisiones, a partir de criterios y datos concisos; no especulativos o marginales y más allá de los actuales registros contables de costos.  Este es un aspecto vital para considerar opciones de desarrollo y sostenibilidad de programas y procesos en la universidad.

Con estos aspectos, luego se asocia la inquietud de esta oficina para que la UNED realmente sistematice procedimientos de la gestión de proyectos y programas, de manera que la institución pueda darles sostenimiento durante el plazo para el que son formulados.  Es claro para los funcionarios de esta oficina que los recursos financieros son escasos y requieren de prioridades para que puedan ser asignados.

En este sentido, surge dentro de la conversación lo referente a los proyectos de investigación y lo que ellos implican para la UNED en materia de inversión y recursos asignados. 

Después de conversar sobre diferentes casos, les confirmo que definitivamente la investigación presume una inversión alta, pero necesaria de hacer, dentro del contexto nacional e internacional, para que la UNED asuma este eje académico revitalizador de su propia existencia como institución académica.  Hacer investigación tiene su precio y por eso, es una actividad a la que se le debe orientar y exigir rigurosidad y calidades para que así se proyecte en los demás ejes académicos.  Este es mi punto que defiendo en representación, justamente, de la Vicerrectoría de Investigación y, reconozco ante estos funcionarios y la comunidad universitaria en general que, dos años de Vicerrectoría significan apenas nuestro despertar como academia, pero hemos iniciado ya el camino y eso, por ahora, me parece importante y válido.

La Oficina de Presupuesto me ha dado una perspectiva importante del quehacer de la UNED y de todo lo que es necesario y está pendiente de hacerse en la gestión universitaria.  Es mi intención como futura Consejal no olvidar sus inquietudes y necesidades, porque las comparto y pienso que podríamos trabajarlas en conjunto.